Por Fernando Tornello - 26 de junio de 2012
Faltaban ocho vueltas para terminar el GP de Europa. Las calles de Valencia se habían cobrado varios abandonos y las gomas de todos los sobrevivientes estaban en el final de su vida útil. “Los neumáticos están terminados, tenemos que hacer algo”, le transmitió casi desesperado Fernando Alonso a su ingeniero. En ese momento Domenicali le pidió que aguante un sector más de la pista para evaluar, sus tiempos no eran peores que los de sus rivales más cercanos.
El siguiente mensaje de Domenicali fue: “Espera una vuelta más para ver cuánto más rápidos son ellos”. Los tiempos eran similares.
Luego esperaron otra vuelta y luego otra y las diferencias no se achicaban. De pronto, ya habían entrado en los tres últimos giros y allí había que aguantar como sea. Para el delirio de sus fans y los de Ferrari, Alonso se las arregló para completar su obra maestra. Luego de haber partido undécimo y tras una serie impresionante de sobrepasos, más la cuota de fortuna siempre necesaria, el piloto estrella de la Scudería ganaba lo que fue, tal vez, su mejor carrera de F1.
¿Cómo pudo hacerlo? Está claro que, hasta la salida del Safety Car a mitad de carrera, el dominador y casi seguro triunfador era Sebastian Vettel, con un Red Bull que parece haberse transformado en el auto a batir a partir de su victoria en Bahrein.
El auto de seguridad, enviado a la pista tras el incidente entre Vergne y Kovalainen, marcó la división entre dos carreras dentro de un mismo Gran Premio. El gran dominio del campeón se diluyó rapidamente tras una falla en el alternador, que se repitió enseguida en el auto de Grosjean, equipado con el mismo motor Renault.
Y fue en ese punto donde emergió la figura de Alonso, que pasó autos como si se tratara de un circuito amplio y no una pista encerrada entre paredes cercanas.
En la primera vuelta, Alonso superó a Button, Rosberg y Di Resta, mantuvo un ritmo veloz detrás de Hulkenberg, que también era rápido, hasta que en el giro 12 le ganó el puesto al alemán, que manejaba un sorprendente y eficiente Force India.
Aprovechó la pista libre para hacer vueltas muy rápidas que ayudarían, luego, tras el primer pit stop, a superar a Raikkonen, Kobayashi y Maldonado, con una parada excelente, que volvió a mostrar que Ferrari trabaja muy bien en boxes, mejor que McLaren, claro.
El tiempo total en el pit Lane para Kobayashi fue 23.0s, Raikkonen 21.8s, Maldonado 21.3s, mientras que Alonso tardó sólo 19.7s.
Ya en la pista voló para superar a Webber, Senna y a Di Resta, que iba a una parada. También doblegó a Schumacher en otra maniobra de manual, arriesgando ante un gran campeón que volvió al podio, por fin.
Ya ubicado cuarto, siguió acelerando para descontar la diferencia de 6.3s que le llevaba Hamilton. Logró reducirla a 3.7s en cinco giros, hasta que salió el Safety Car.
Cuando casi todos fueron a los pits, el estigma de McLaren, esta vez con un crique roto, ayudó para que Alonso superara a Hamilton y se posicionara tercero. Con el olfato del cazador atacó a Grosjean en el relanzamiento, lo superó tras tocarse un par de veces en curvas 1 y 2, arriesgó y enseguida encontró el premio mayor cuando Vettel se quedó a un costado, con una bronca jamás vista.
Fue tan decisivo el talento del hombre de Ferrari que basta analizar que en la primera curva, luego de la largada, estaba peleando contra Jenson Button, quien apenas pudo terminar octavo, pero así es la dinámica de esta F1 2012. Gomas, talento, suerte, decisión y buena estrategia y trabajo en los pits son las causas que llevan a la victoria o al fracaso si falta alguno de esos elementos.
Por primera vez desde 2008, ¡Gracias Valencia por esta carrera! Si hasta el podio de Raikkonen y Schumacher fue un gran regalo para sus millones de fans en todo el mundo, sumando entre sus tres ocupantes 10 títulos mundiales. Único en la historia, como esta temporada que todavía no llegó a la mitad.