El Safety Car ganó en Singapur

Por Fernando Tornello - 25 de septiembre de 2012.

En la carrera de la noche de los mil reflejos, el GP de Singapur, los pilotos deben cumplir con deberes conocidos. Cuidar las gomas, no maltratar la caja de cambios, tratar de refrigerar como puedan los frenos y, sobre todo, pasarle cerca a las paredes pero no pegarle, siempre son más duras que los autos.

Cuando la carrera superaba la vuelta 20, Lewis Hamilton dominaba con poco pero seguro margen sobre Sebastian Vettel, más allá de estrategias que modificaban circunstancialmente las posiciones. Maldonado y Button estaban para discutir un puesto en el podio y Alonso para tratar de salvar la mayor cantidad de puntos posibles.

Pero la caja del McLaren de Hamilton claudicó y privó al piloto británico de una merecida victoria, que había comenzado a construir el sábado, en la Qualy. En ese momento iba hacia la cuarta victoria consecutiva del equipo que tiene, a esta altura del campeonato, el auto más rápido para enfrentar cualquier tipo de pista.

En ese momento de la carrera las estrategias ya funcionaban a pleno. Red Bull nos permitía ver cómo trataban de experimentar con Webber, que calzó las gomas blandas antes que Vettel, e intentaban descubrir su rendimiento para adecuar la estrategia de Sebastian. Tenían claro que Webber no podría evitar las tres paradas en boxes debido al desgaste de gomas de su auto, pero querían saber si podían hacer sólo dos detenciones con el campeón. El costo de tiempo en un pit stop en Singapur es el más alto de la temporada, casi medio minuto.

En la primera detención todos colocaron las gomas blandas en reemplazo de las super blandas con las que habían largado. Webber se detuvo al terminar la vuelta 8, Vettel en la 10, Alonso en la 11, Hamilton, Di Resta y Rosberg en la 12, Maldonado y Raikkonen en la 13, Button y Grosjean en la 14, mientras que Perez y Hulkenberg daban señales claras de intentar sólo dos paradas, cambiando caucho blando por el mismo compuesto en el giro 18.

Durante la vuelta 23 ocurrió el problema que eliminó a Hamilton de la batalla. Enseguida comenzó la segunda ronda de detenciones. Cuando todos volvían a las super blandas, Alonso paró en el giró 29 y siguió con blandas. Tuvo fortuna. En la vuelta 33 apareció el Safety Car por el incidente de Karthikeyan. El resto de los pilotos de punta fueron a los pits, incluyendo a Maldonado, que había parado cuatro giros antes para calzar las super blandas. Pero la estrategia del venezolano no funcionó ya que quedó envuelto en tráfico que no le permitió hacer diferencias.

La carrera se relanzó en la vuelta 39 pero sobrevino enseguida el golpe violento de Schumacher a Vergne y otra vez el Safety Car lideró la fila. Se fue en la vuelta 43, dejando su sello puesto en el destino del GP de Singapur. Por ese entonces, ya todos sabíamos que la carrera duraría dos horas y no 61 vueltas. Sólo se completarían 59.

¿Porqué el auto de seguridad dejó su marca en el curso de la prueba? Porque estuvo en pista durante nueve giros e hizo que la carrera se acortara otros dos por tiempo, en total 11 vueltas sin acelerar y gastar gomas, casi un 20% menos de competencia. Esto permitió que la mayoría de los pilotos pueda estirar el último ‘stint’ sin precisar una tercera parada en boxes, que sólo concretó Webber entre los candidatos a sumar adelante.

Nos perdimos parte de un final abierto, en el que Vettel pudo mantener a un recuperado Button a distancia y en el que Alonso volvió a mostrar que con cualquier funcionamiento de su auto es capaz de sacarle jugo a las piedras, como expliqué vía Twitter el domingo. Más allá de todo ésto, la figura del día llegó en cuarto lugar, Paul Di Resta, con el modesto Force India, un piloto que está para equipo grande.

El párrafo final es para Pastor Maldonado y Checo Perez. Pastor encontró la forma de correr, aún cuando un problema hidráulico lo obligó a abandonar, pero mostró que sí puede acelerar limpiamente y estar entre los mejores. Checo quedó atado a los vaivenes de Sauber. El C31 no anduvo bien en ningún momento del fin de semana y ya se sabe, son carreras de autos, en las que los pilotos pueden incidir hasta cierto punto. La tecnología manda, el Safety Car también.